EMMANUELLE

Emmanuelle, fue una de esas películas eróticas que marcaron época. Yo recuerdo de pequeña, oír  hablar de ella, como un hito y una ruptura de las normas, establecidas hasta el momento.

Trata  de una jovencita recién casada que viaja a Bangkok a reunirse con su marido, un diplomático francés. En el viaje es iniciada en el sexo por una hermosa adolescente y guiada por un hombre maduro, en los placeres de la carne, aprendiendo a materializar sus fantasías sexuales más secretas, animada por su esposo.

Por eso en cuanto pude, obviamente, la vi. Y me gustó. Realmente es diferente, especial. El argumento, los protagonistas, la música, las imágenes… todo en ella es elegante y sensual.

Lo que  descubrí hace poco es que estaba basada en una obra literaria, no tenía ni idea y me llamó  la atención, por eso lo quiero compartir con vosotros.

La escritora se llama Emmanuelle Arsan, como la protagonista, es de origen francés y lo escribió en 1959, toda una avanzada para su época, ¿no creéis?  El libro se puede encontrar en  www.muchoslibros.com

La primera película de Emmanuelle fue la italiana «Io, Emmanuelle», de 1969, que no fue, en absoluto, un éxito comercial. Cinco años más tarde vino la película francesa “Emmanuelle”, con la actriz holandesa Sylvia Kristel como protagonista. Esta película superó los límites de lo que era aceptable en la pantalla  cinematográfica de aquella época, con sus escenas de sexo, así como las de violación, masturbación y una, en la que se muestra a una bailarina, fumándose un cigarrillo con la vagina. A diferencia de muchas películas que trataron de evitar una calificación, la primera película de Emmanuelle abrazó esa calificación, y se convirtió en un enorme éxito internacional, con una audiencia estimada hasta la fecha, de más de 300 millones de espectadores, en todo el mundo.

Si a alguien le apetece, abrir boca viendo los tres primeros minutos, de este film solo tenéis que hacer “clic”.


CORSÉS Y CORPIÑOS

Hay indicios de que en la antigua Creta, hace unos 2.000 años , existía un antecedente del corpiño, ya que era una prenda exterior cuyo propósito era fortalecer el torso y empujar los senos.

Las primeras prendas que se podrían denominar corsés, aparecieron en la primera mitad del sg XVI. Fueron las denominadas basquillas, un corpiño de origen español que se ataba a una falda equipada con aros para ensanchar la, denominada verdugale.

Los utilizaban las mujeres y hombres de la aristocracia, tanto como ropa interior como exterior. Ya que el cuerpo ideal era aquel que aparentaba rigidez y rectitud.

Durante el sg XVII, siguieron popularizándose entre la población, incluso llama la atención la aparición de las corazas o cuerpos de hierro, que como su palabra indica se fabricaban en hierro forjado, formados por tres piezas unidas por bisagras. Un verdadero elemento de tortura, cuesta imaginar que alguien se los pusiera voluntariamente, aunque quizás tenían finalidades ortopédicas.

En la época del Rococó, en el sg XVIII, va bajando la parte superior del corsé, hasta dejar el pecho parcialmente al descubierto. Los trajes femeninos cortesanos presentaban una silueta exagerada con un corpiño muy ajustado por el corsé y una amplia falda ahuecada.

En el sg XIX, se convierte en una pieza clave, para potenciar la belleza de la mujer. Incluso existían modelos especiales para las niñas. Pero ahora lo que se pretendía era conseguir un busto pequeño. también siendo utilizados por los hombres, causa por la cual fueron caricaturizados.

A principios del sg XX, el cuerpo femenino seguía comprimido, sobre todo desde 1947, en que se puso de moda el estilo de cintura de avispa de Dior. Jean Paul Gaultier en 1976, parodió los corsés y las fajas y por último a mediados de los años 80, surge la moda gótica donde los corpiños forman a parte de su atuendo.

Hoy en día, afortunadamente, los podemos utilizar como prenda de vestir o como pieza de lencería erótica, pudiendo encontrar en el mercado miles de modelos, donde elegir.